Hoy más que nunca necesitamos resolver las principales brechas, desigualdades
y dolores que existen en nuestra sociedad.
Para esto, el mundo empresarial tiene la gran oportunidad de involucrarse,
re definiendo los parámetros con los que se mide el éxito, para considerar como
parte inherente de éste, el impacto social y medioambiental.
NO HAY RENTABILIDAD SIN PLANETA
El desarrollo de una economía basada en el bien común, es una necesidad
urgente para asegurar la rentabilidad de los mercados en el largo plazo. Y es que
ninguna empresa, organización, comunidad ni persona podría ser exitosa si no
tenemos planeta. No hay rentabilidad posible si no existen los recursos naturales
ni las personas para la construcción de valor.
EL CIUDADANO EN LA CO-CONSTRUCCIÓN DE LA ECONOMÍA
SOSTENIBLE
Cuando los cambios que necesitamos en el mundo empresarial no van a la
velocidad requerida, debemos recordar que cada uno de nosotros como
ciudadanos tiene un rol fundamental dentro del mercado a través de nuestra
elección de compra. Es así, como podemos decidir premiar a aquellas empresas
que a nuestro parecer son “buenas” y castigar por el contrario, a aquellas cuyo
actuar nos parece a lo menos cuestionable. Al preferir y comprar productos de
empresas que generan impacto positivo en la sociedad, co-construimos una nueva
tendencia en el comportamiento de consumo, obligando a que las empresas con
menores preferencias se vean en la necesidad de incursionar en la economía del
bien común si quieren asegurar una participación de mercado.
UNA LUZ DE ESPERANZA
Frente a la crudeza con que nuestro planeta y sociedad nos están mostrando las
consecuencias de nuestros actos, nos da luces de la crisis en que nos
encontramos y cómo resulta urgente que el mercado, usando de la mejor forma su tremendo potencial, sea parte de la solución. No obstante, necesitamos que esa solución se construya a una velocidad mayor de la que hoy se viene forjando.
Veo sin embargo una luz de esperanza, donde cientos de empresas con propósito
ya han decidido ser actores fundamentales para resolver las principales
problemáticas sociales y medioambientales. Se hacen llamar “Empresas B”, con B de “Buenos para el mundo”.
Simoné Oliva
Gerente General LATE!
Estimada Simone
estoy totalmente de acuerdo con lo indicado, por eso vamos a comprar como familia en este año mas productos con ustedes. Hace algunos 2 años me comunique con ustedes, como empleado de una empresa y consultando, si ustedes ofrecen bidones de agua de 20 l retornables también en los regiones, Antofagasta, Calama, Copiapo en especifico. Se respondió, que no existe este servicio. Ahora, cambio esta situación? Tenemos trabajos en estas ciudades, donde usamos estos bidones de otros proveedores, pero me gustaría apoyar Late y usar solo sus bidones?
En espera de una respuesta positiva.
Atte.
Heiko Mieth
Muy de acuerdo Simoné, me ha gustado mucho tu artículo y seguiremos prefiriendo las empresas Buenas para el mundo.
Saludos…!!
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¡Hagamos que nuestras compras cuenten y marquen la diferencia!
En Late!, entendemos lo importante que es la gestión de pagos y cobros, junto con la contabilidad, para asegurar la transparencia y maximizar las utilidades que donamos.
Pedro Grandón González
abril 05, 2022
Completamente de acuerdo con ustedes. La filosofía de este tipo de empresas va acorde a las necesidades de los tiempos complejos que transitamos. La solución no es el decrecimiento como algunos sostienen. Tampoco con el desprecio a la actividad empresarial privada. El Estado no resolverá todos los temas. Es cada individuo, cada empresa o emprendimiento, el que junto y en coordinación con otros, puede aportar valor a las actividades productivas o de servicios, respetando el planeta y sus habitantes, recompensando adecuadamente a sus trabajadores, dándoles espacios de desarrollo de sus capacidades en los distintos ámbitos, incluido el espiritual y relacional. La libertad trae aparejada la responsabilidad. Ustedes son un ejemplo de ello. Felicitaciones.