Querida familia LATE!
En conmemoración al día de la mujer, quiero invitarlos a que juntos reflexionemos acerca de lo que verdaderamente significa este día. Y es que hoy nos enfrentamos a una realidad indudable de la que cada vez somos más conscientes, hoy sabemos con certeza del crudo escenario que han enfrentado millones de mujeres a través de la historia, donde la injusticia y discriminación han formado parte inherente de una cultura que aún está lejos de cambiar.
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La paridad y equidad de género es una necesidad real, no solo para asegurar justicia a más del 50% de la población, si no también para asegurar la sostenibilidad de nuestra sociedad en el largo plazo, y es que no podemos convivir sanamente en un mundo donde una parte de la población cuenta con mayores privilegios por sobre otros, donde unos selectos grupos de poder están en la toma de decisiones, donde millones de personas se excluyen de la posibilidad de aportar en el crecimiento de cada país. Es de vital importancia que como sociedad aprendamos a respetar a todos sin importar su procedencia, género, edad, color de piel, identidad de género, entre otros.
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Sin embargo, reparar esta grieta no es tarea solo de los grupos de personas que se ven afectados, la tarea es aún más desafiante porque requiere del apoyo de todos. Necesitamos co-crear el futuro, involucrarnos en las soluciones y partir por nosotros mismos, identificando aquellas partes de nuestra cultura que nos lleva a ejecutar inconscientemente prácticas discriminatorias que ponen barreras invisibles y dolorosas para muchos.
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Los invito también a romper el curso de la historia, y darle un giro que esté guiado por la empatía, la colaboración y el anhelo del bien común. Y si para nosotros es un gran esfuerzo “desaprender” ciertas costumbres, entonces con más fuerza que nunca enseñemos a los niños sin estereotipos y sin discriminaciones, para que crezcan libres de esta cultura dañina y el día de mañana puedan florecer en un mundo mejor, donde las niñas puedan atreverse a estudiar lo que les apasione, donde cada mujer pueda caminar sola a su casa sin miedo, donde nunca más la palabra niña sea utilizada como un sinónimo de debilidad, porque la historia nos ha demostrado que para sobrellevar tanta injusticia, el sinónimo correcto sería fortaleza, valentía y resiliencia.
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Veo el futuro con optimismo, donde poco a poco estamos construyendo pilares más firmes para una sociedad con paridad y equidad de género. Pero no hay que bajar los brazos, ya que la brecha sigue siendo abismante y frente a ella, tenemos la responsabilidad y oportunidad de co-construir un futuro donde cada mujer pueda crecer y desarrollarse sin estereotipos, libre y sin límites.
A nuestros queridos amigos : contamos con ustedes.
A nuestras queridas amigas: gracias por resistir.
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